8 Opciones que Debes Considerar antes de Solicitar un Crédito Rápido

8 Opciones que Debes Considerar antes de Solicitar un Crédito Rápido

Créditos Rápidos

Los préstamos o créditos rápidos tienen numerosas desventajas y solo son útiles en caso de necesitar dinero urgentemente.

Siempre he creído que existen porque la sociedad no proporciona medidas de seguridad para las personas de bajos ingresos, y por lo tanto, estos créditos llenan un nicho de mercado.

En general, la persona que solicita un préstamo rápido es aquél que no ha construido un fondo de emergencia y se encuentra con gastos imprevistos (o pseudo-imprevistos) que superan sus ingresos mensuales.

La existencia de cada vez más de entidades que ofrecen este tipo de producto hace que sea fácil para ellos obtener estos préstamos con poco esfuerzo. Muchas personas caen en la trampa del crédito fácil pero de alto interés.

Es realmente una situación desafortunada, que se nutre de una falta de educación financiera básica.

8 Opciones antes de Pedir un Crédito Rápido

Aquí tienes 8 formas de evitar tener que solicitar un producto de este tipo.

Si tanto tú como alguien que conoces necesita un préstamo rápido, creo que este artículo te será de mucha utilidad, porque puede hacer que entres en un espiral de deudas sin final.

1. Pídele un préstamo a un familiar. Si estás en una situación financiera desesperada, pide a un miembro de tu familia el dinero. Sin embargo, debes animarles a preparar un pequeño documento donde queden estipuladas las condiciones del préstamo.

¿Por qué? Si haces el préstamo basándote exclusivamente en la “confianza” entre la persona que te da el dinero y tu, casi siempre se va a dañar la relación que tienes. Porque estás transfiriendo tus dificultados financieras a otra persona temporalmente.

2. Ponte en contacto con las entidades o empresas a las que debes dinero. Pide hablar con algún empleado y trata de negociar un plan de pago diferente, un tipo más reducido o lo que necesites para que los pagos sean más manejables. Antes de que el crédito quede impagado, estas entidades suelen ser flexibles ante ciertas condiciones.

3. Coge dinero a través de una tarjeta de crédito. Incluso la peor tarjeta de créditotiene una tasa de interés más baja que cualquier crédito rápido.

4. Vende algunos artículos que no necesitas. Mira en tu casa y busca aquellos objetos que ya no usas o que no necesitas y véndelos. DVD, CD que apenas escuchas o ves. Juegos de consolas antiguas, juegos de PC, la propia consola de juegos, etc.

Incluso si son cosas que piensas que si vas utilizar, es mejor obtener el dinero mediante su venta que no endeudándote a altas tasas de interés por un dinero prestado.

5. Encuentra un trabajo temporal. Intenta conseguir un trabajo a tiempo parcial siempre que sea posible. Así tendrás algo de dinero extra para ayudar a pagar tus deudas.

6. Busca oportunidades de ocio sin coste. Aunque estés inmerso en un grave problema económico es fundamental que tengas tus momentos de “desconexión”. Lógicamente estos momentos de ocio deben ser gratuitos, o con un precio muy bajo.

7. Se abierto con las personas afectadas por tu situación. Si la situación de deudas va a afectar a tu pareja, habla con ella inmediatamente. Si va a afectar a tus hijos, asegúrate de que sepan lo que está pasando.

No estar informado de lo que ocurre es más aterrador, doloroso y confuso, sobre todo para los niños.

Y más importante. Si todos los implicados son conocedores de la situación, cada uno puede usar sus recursos para intentar ayudar.

8. No tengas miedo de pedir consejo. Tal vez puedes estar avergonzado de hablar de tus problemas financieros con otras personas. Encuentra a alguien de confianza y cuéntale tu situación. Esto no solo aliviara un poco tu carga psíquica, sino que la persona con la que hablas puede tener un montón de buenas ideas que pueden serte de ayuda.

Una vez que estés fuera de peligro, debes comenzar sin falta un fondo de emergencia. Abre una cuenta de ahorros y cada mes separa una parte de tu dinero para este objetivo.

De esta forma, poco a poco y casi sin que te des cuenta irás formando tu propio fondo de emergencias y nunca más volverás a estar en esta situación.

Y a partir de entonces, cada vez que pienses en gastar dinero en algo que no necesitas, recuerda lo terriblemente mal que te sentías con una deuda de por medio. Pregúntate si ese dinero que estás a punto de gastar no estaría mejor en tu fondo de emergencia.

Si te ha gustado el artículo por favor compártelo en tu red social favorita.