La principal actividad financiera a la que se dedican los bancos y por la cual obtienen mayores beneficios son la concesión de préstamos: una actividad por la cual el cliente obtiene lo que necesita y el banco obtiene beneficios del rendimiento de este préstamo. Un ejercicio empresarial por el cual hay apenas perdedores, por tanto, ¿Qué motivos puede llevar a un banco a negarnos su concesión?
Las razones por las que un banco no te concederá un crédito
Pueden existir variadas razones por las que un banco no te concederá un crédito pero sin duda son estas 5 razones las principales culpables de que esto suceda.
La inclusión en una lista de morosidad
Ten por seguro que lo primero que va a hacer una entidad financiera ante la solicitud de un préstamo es comprobar que no estés incluido en una lista de morosidad tipo ASNEF o RAI. Este es el sentido máximo de estas entidades, la de delatar a incumplidores de obligaciones monetarias y que por tanto se prestan a ser “poco fiables” a la hora de devolver dinero.
En más de una ocasión, la inclusión en estas listas se debe a hechos ajenos o de injusticia, caso de la adjudicación de una deuda no reconocida, imposición de una cláusula contractual injusta etc. por lo que no hay que asignar la etiqueta de moroso a la ligera, y eso muchas entidades bancarias lo saben permitiendo pequeños préstamos privados urgentes sin tener en cuenta únicamente este factor como condicionante.
Un saldo negativo entre gastos e ingresos
Todo ejercicio monetario requiere de mucha cabeza fría y nadie que vea involucrado su dinero en una actividad, quiere que se juegue con él sin ton ni son. Por estas razones ante un desembolso, los bancos requieren que la persona sepa manejar sus inversiones correctamente.
“Los bancos toman en consideración que los préstamos se soliciten en situaciones de necesidad financiera, pero no cuando ésta es común o recurrente”
Un historial plagado de números rojos, deudas pendientes o gastos frecuentes injustificados son valores que el banco puede tomar de referencia para no considerarnos aptos a la hora de solicitar un crédito.
No entrar dentro de las condiciones “de entrada” al servicio
Hay ciertos requisitos de cierta lógica que se aplican a la hora de solicitar productos financieros. El primero y más obvio es disponer de una cuenta corriente en la que percibir ingresos, pero hay otros no menos obvios como la necesidad de disponer de nómina o prestación.
Otros requisitos más “discutibles” responden a otros factores como la edad: los bancos son reacios a prestar dinero a menores de 23 años al no encontrarse en franja de población laboral activa, y a mayores de 65 años por la misma razón. En estos casos un avalista o un inmueble pueden ser decisivos para equilibrar la balanza
Ser autónomo
Ser dueño de nuestro futuro financiero sin depender de una nómina fija comporta libertad, pero también tener que demostrar con mayor insistencia la solvencia y depender de menos ayuda externa a la hora de buscar y encontrar financiación.
No obstante, existen productos específicos para autónomos que responden a poder emprender sin mayores trabas que las que este colectivo ya de por sí se encuentra en un entorno laboral típicamente dependiente.
Residir en un entorno “conflictivo”
Esta es la causa sin duda más injusta pero no por ello inexistente. El hecho de vivir en un entorno de alta morosidad y de bajos ingresos es un condicionante para que los bancos decidan no conceder un crédito.
“Hay valores sociales que no por injustos, dejan de tenerse en cuenta, y el entorno de la vivienda es uno de ellos para poder denegarse un crédito”
Dado el caso, lo recomendable es buscar servicios de préstamos privados, donde no es que no se extremen las precauciones, pero sí que se bareman las posibilidades de devolución en base a factores económicos y no sociales.
En conclusión, “nadie da duros a cuatro pesetas”, pero si nuestras finanzas son seguras, estemos o no en situación “de riesgo” de no conseguir un crédito bancario, existen otras vías que no nos cerrarán la puerta en las narices.